La versión deportiva XL del Ford de tamaño completo no fue el auto más llamativo de Henry en la década de 1960, no siempre fue el más rápido y estuvo lejos de ser el más vendido. Tampoco era muy diferente de otros Ford grandes de esa época, aunque siempre parecía tener algo especial que lo diferenciaba.
Sin embargo, el XL, especialmente los primeros modelos, sigue siendo el coche de “rendimiento total” definitivo para muchos entusiastas, y eso marca la diferencia. Introducido a mediados del año 1962 como una subserie de la línea superior Galaxie 500, el XL fue uno de los primeros autos en reflejar el compromiso total declarado públicamente por Ford con ese sagrado precepto de la industria: “las carreras mejoran la raza”.
Para envío una chica guapa de 1968 en forma de XL. Faros ocultos, laterales curvos y puertas rectas, y una capota convertible son sólo algunas de las características de este interesante modelo, algo olvidado en la historia.